Recuerdos de Mendi de un aficionado baskonista

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Foto: Archivo Municipal de Vitoria-Gasteiz. Autor Arqué.Mendizorroza en 1974.

Por el forero Kurt Rambis del foro gorrilunurdinak

UNA VIDA EN AZUL Y ROJO … Y VERDE

Tras 50 años de historia, uno no puede sino echar un vistazo al pasado, para saborear todos y cada uno de los momentos que nuestro amigo alemán nos permita. Por cuestión de edad, unos tendrán más que recordar y otros menos. Intentaré no ser excesivamente detallista ni inundar el texto con tan sólo una concatenación de datos estadísticos, aunque los que me conocen saben bien que lo mío no es precisamente el sintetizar lo que se me pasa por la cabeza.

PRIMERA INCURSIÓN EN MENDI

Los recuerdos de un servidor se remontan a Mendizorroza.

La fortuna que uno tuvo de ir a caer en una familia en la que disfruté de mi infancia como un enano (que lo era en aquella época), trajo consigo el amargo destino de que a ninguno de mis progenitores les gustara deporte alguno, y estas cosas raras que tiene la vida hizo que a mi hermano mayor y a un servidor les atrajera todo tipo de deporte y entre ellos el Baloncesto.

Con los precedentes anteriormente citados, no es de extrañar que fuera una prima nuestra la que nos acercara por primera vez a Mendizorroza, a ver al Baskonia.

Hasta ese momento lo seguíamos a través de la prensa escrita, el “AS” más concretamente (quién me ha visto y quién me ve, pero era la única manera de leer sobre todos los deportes en general, a través de un diario deportivo), en una librería de San Martín que hoy en día ya no existe. Eran otros tiempos, y los Lunes teníamos que esperar a que llegara a Vitoria el periódico de turno, cosa que solía suceder entre las 13 y las 14 horas (lo mismito que ahora, vamos).

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Nos nutríamos de escuetas crónicas, siendo generoso en lo de escuetas, donde se mencionaban en el apartado de estadísticas los puntos anotados y los iconos de ases entre paréntesis, que se incrementaban según el rendimiento fuera mejor en el partido de turno.

Hasta entonces el Baskonia era ese ente abstracto que conocíamos pero no era tangible para nosotros por no acudir a los choques caseros.

Lo único tangible en aquella época solía ser Real Madrid en cantidades indigestas, más algún partido de liga –si los padres no te obligaban a salir de paseo-, la final de la Copa y el torneo de Navidad (no quieres taza de Real Madrid, pues taza y media, pero que nos tragábamos gustosa y religiosamente), todo ello aderezado con la voz de Hector Quiroga, voz que siempre me sonará a Baloncesto.

El primer partido en cuestión fue contra el Breogán La Casera, la temporada 75/76. La consigna de mi prima fue “fijaos en el negro” (se refería a Chapman).

Hemos de reconocer que por aquel entonces lo de ver a una persona negra en Vitoria era algo más que raro, pero encima verlo con esa altura y complexión física …como que se entiende que no fue difícil “fijarse” en él por ese único motivo, más allá de méritos baloncestísticos.

A partir de ahí mi hermano y yo nos dedicamos a poner cara a esos nombres que leíamos en la prensa escrita (los Pinedo, Luquero, Junguitu, Segurola,..). La verdad es que nos lo pasamos muy bien (prueba de ello es que a día de hoy seguimos este deporte en general y a nuestro Baskonia en particular).

El resultado final fue 97-75 y gracias al forero Doctor J y a mi hermano, tengo una crónica escrita de ese partido, que aquí mismo os pego, o copio, que no soy ningún genio de la informática.

Una vez probadas las mieles de ese maravilloso y

dinámico deporte en vivo y en directo, y del Baskonia en particular, era imposible no querer volver. Así que a partir de ahí seguimos acudiendo.

A veces subvencionados por nuestros progenitores (tan poco interesados en el Baloncesto como generosos con el paso de los años para financiarnos este delicioso vicio) una vez conseguido el permiso de turno –recordad que obedientes éramos en aquella época 😉 -,a veces por el entonces llamado “Futbito” (un servidor hizo durante una temporada las veces de colegiado futbolero para así poder conseguir 2 entradas para el Baskonia, que religiosamente te entregaban al llevar el acta del partido a la central de la Caja de Ahorros Provincial –sita en la C/ Fueros ahora  Caja Vital Kutxa).

A partir de ahí los recuerdos se mezclan con el paso de los años. Me vais a perdonar que en el recordatorio use como hilo conductor principal el americano de turno (mejor dicho extranjero aunque, comúnmente les llamáramos a todos americanos,metiendo a todos en el saco, aun a sabiendas de que sus nacionalidades pudieran ser diferentes), para mencionar parte de algunas plantillas y el paso de las temporadas.

Mención especial para Bruce Howland, americano que no soy capaz de recordar a pesar de que mi hermano me hable de él (lo mismo que no tengo ningún recuerdo especial del cambio de la “V” por “B”, por lo visto muy sonado, pero a lo que un servidor no le dio la más mínima importancia).

Recuerdo algunos miembros de esa misma plantilla, sé que fui a verles a partidos pero soy incapaz de recordarle, de visualizarle.

Tras el año del irrecordable para mí Howland, en el que seguían los que fueran incombustibles por unos años Kepa Segurola, Luquero, Junguitu, Querejeta (que creo ya andaba por ahí la campaña anterior), la irrupción de Iñaki Garayalde, Pinedo o Goyo Jiménez, llegó Doyle (por no desviarme demasiado mencionando a todoquisque), el bombardero tejano Webb Williams (que emigraría al Helios Skol de Zaragoza), el fino pívot Malcom Cesare (que luego se iría al OAR Ferrol) y el para mi decepcionante Steve Stielper –con el que se consumó el descenso, entre otros muchos-.

INSTINTO DE SUPERVIVENCIA

Por aquella época, la supervivencia de equipos como el Baskonia, dependía muy mucho de acertar en el fichaje del extranjero de turno para complementar lo que ya se tenía.

Los Doyle, Williams y Cesare aportaron lo suficiente al equipo para subsistir siempre al borde del precipicio (sólo con el extranjero no se podía conseguir nada, como sufrió el Mollet en sus carnes, con un americano que jugó lo suyo en su época en la liga doméstica, Mike Philips, que luego militara en diferentes equipos, entre ellos el Barcelona).

Si bajaban 2, terceros por la cola, que bajaba 1, segundos por la cola, apoyándose además de los ya mencionados en pilares como el fino tirador Junguitu, el todoterreno Luquero, en Galarreta, el eterno Segurola, el prometedor Querejeta que se consagrara con billete de ida y vuelta a/de Madrid, el  no sé qué adjetivo ponerle, pero especial donde los haya Cambronero, Goyo Jiménez, los Pinedos, Arana, San Emeterio, Sautu,Victor Garayalde y otros muchos que se me quedan en el tintero…

Foto:Kepa Segurola lanzando

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Pero llegó el año en que nuestro extranjero, Stielper, no aportó tanto como se esperaba, o que simplemente que el nivel que dio la plantilla no daba para mucho más, y ese año se consumó el descenso, en una temporada en la que el equipo era capaz de lo mejor en las pocas de las veces y lo peor en las más.

Se consumó además con la mala noticia del fallecimiento de Conde, que en paz descanse (falleció de hecho la

siguiente campaña, en la que se recuperó la categoría, pero era la primera vez que sabía de antemano que alguien conocido se moría, escalofriante experiencia).

Para un niño como yo, aquello no entraba en mi cabeza, quitando accidentes con coches o trenes, y un abuelo que murió estando muy enfermo de larga duración la muerte anunciada de ese deportista, que tan sano parecía hasta hacía tan poco me dejó tocado la verdad (y vaya usted a saber si al equipo también, seguramente).

Aquel año fue de experiencias raras para un servidor, como el de aquel partido en Vitoria que se perdió contra el Hospitalet y al que creo recordar le siguió una invasión de cancha por parte de algunos aficionados, bastante cabreados con el resultado y arbitraje, pero que fue en cierto modo pacífica (no hubo agresiones físicas ni nada similar, más allá de algunos improperios).

Si alguien más recordara esto agradecería saberlo, dado que hay coetáneos míos que no lo recuerdan y eso me mosquea sobremanera (quién sabe, igual sólo existe en mi mente).

DESCENSO

La cuestión es que se perdió la categoría y tocó desbandada, como suele suceder en estos casos, no nos vamos a rasgar las vestiduras.

Me dolió sobremanera la salida de Querejeta tras su regreso de Madrid,consagrado ya, hacia Badalona.A un tierno infante, que pone el ojo en 3 ó 4 jugadores como sus favoritos,que algunos abandonaran la nave como que no lo acababa de entender “¡¡¡¡pero si son del Baskonia!!!!” (exclamaba amargamente, espetándoselo a mi hermano mayor),¡¡¡¡¡Si se quedan subimos!!!!!!

Los mayores hablaban de dinero,pero claro, cuando un chaval, proyecto de adolescente, lo único que tenía que administrar era la “paga” para ver cuántos chicles,regalices, pipas, cromos, petas Z, o la chuchería de moda en esa momento podía comprar, y manejar las distintas variantes para abarcar un poco de todo (eso sí que eran matemáticas, y de las buenas), hablarle de dinero como se me escapaba un poco y más ligado al concepto de deporte.

Supongo que a todos nos llega el día de saber toda la verdad sobre el ratoncito Pérez, los Reyes…o el deporte profesional, y a mí llegó en ese momento (hasta ese momento otros jugadores habían salido del equipo, incluido el mismo Querejeta, pero al unirse esto al descenso hizo que abriera los ojos).

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Foto: Revista Todo Baloncesto 1982

ASCENSO

Por fortuna, el equipo se armó bien y retornó a la máxima categoría en un abrir y cerrar de ojos, categoría que nunca volvería a abandonar hasta hoy en día, acompañado del millonario para la 1ªB Inmobanco y el Obradoiro, apoyándose en un inmenso en el lanzamiento Junguitu (lo que hubiera disfrutado este jugador con la línea de 3, lanzando desde las esquinas…), Garayalde, Davalillo (ahora presidente del Bilbao Basket), Cuadra, Goyo Jiménez, Cambronero o Salva Díez.

Tras años sufriendo tinta china para conseguir ganar partidos, se hizo extraño que mi equipo fuera el que ganara la mayoría de los choques, a la vez que me hizo ver por primera vez, que apenas había margen de error cuando estabas en ese nivel (nueva lección al zurrón, que me sirvió para aplicar cuando los nuestros fueron pasando a estar en la primera línea de fuego años después, y de manera continuada hasta nuestros días).

Foto: Claude Gregory 82/83

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Esa vuelta a la primera línea del Basket nacional la cogí con más ganas e ilusión que nunca, tras haber probado lo que era una categoría inferior, jugando contra equipos  como el Juventud de Córdoba (sin ningún ánimo de menospreciar a nadie, todo mi respeto para ellos) que creo recordar se presentaron en Vitoria con 7 u 8 jugadores, y que creo recordar que acabaron el partido con 5 jugadores (si no fueron 4, la memoria me falla) por mor de las faltas personales.

Así que me empecé a empapar más que nunca de Baskonia, alimentando más si cabe mi Baskonismo, a la vez que me zambullía más de lleno en el mundo del Baloncesto.

Fichamos al Navarro del Calasancio Etayo (le recuerdo por aquello de colarse cual anguila para palmear balones sueltos) o Iriarte, y volvieron al redil Kepa Segurola y Galarreta.

Fue curioso que la pretemporada la hiciésemos con un extranjero (Fisher), pero que supongo que la directiva tras la experiencia recientemente vivida, decidió sustituirle por Claude Adrew Gregory para la liga.

Tipo éste que se antojaba en aquella época peculiar donde los hubiera, y sobre el que recae todo tipo de historias y leyendas, desde la vivida en Galicia “hace frío, pero no problema, tengo chicle” seguido de partidazo al canto para liarla parda, las partidas de mus en Landázuri con la boina en ristre, o la de su marcha alegando que no tenía amigos.

En cualquier caso, dar resultado lo dio, sólo había que verle en la cancha para comprobarlo, aunque fuera con tremendas dosis de clase a la par que de egocentrismo raro.Aquel año empezaron los follones con las televisiones, y cómo no, nuestro Baskonia anduvo de por medio.

Fue el año en que llevábamos “aeropuerto Foronda” sobre una camisa blanca (dejando hasta ese momento el tradicional verde) cuando mediaba la TV (o eso creo recordar), cuando todos calentaban mientras Gregory se dedicaba a lanzar tiros libres, cuando en prensa apareció un jugador como Estrada, diciendo que si él lanzara tantos tiros como Gregory tendría la muñeca escayolada, cuando Iñaki Garayalde anotó la primera canasta que un servidor vio en directo prácticamente desde el centro de la cancha en la última posesión del primer tiempo (en aquella época sólo había dos).

Era en la época en que todavía los empates se contabilizaban como tal (tres aquella temporada), y bien que nos sirvieron para salvarnos, junto con la remodelación de la máxima categoría aumentando en dos su número de equipos.

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Foto:Nuevo Basket. Essie Hollis (6) y Riley Clarida (14) en la temporada 83/84

LLEGÓ LA MAGIA A MENDI

Y llegó el mago, ese hombre que me hizo ver que había algo más allá de la plasticidad, de la potencia física, del salto, de la muñeca fina anotadora, de la asistencia,… de todo ello, que se podía elevar a la categoría de magia no fue otro del gran Helicóptero, Essie Hollis.

Probablemente ha sido con el baloncestista con el que más he disfrutado viéndole jugar en el Baskonia per se (lo que no quita que haya disfrutado con la pléyade de grandísimos jugadores que luego fueron pasando por el Baskonia, tanto en Mendi como en el Araba/Buesa, pero éste fue el primero, especial y sobre todo “diferente”), por la elegancia, por hacer cosas distintas, por hacerlo todo sonriendo, por ser un caballero dentro y fuera de la cancha (corramos un tupido velo sobre el KO del Quim Costa del Licor 43.

Por ver cómo jugadores del equipo contrario que lo sufrían le llegaban a aplaudir por jugadas puntuales (como hiciera el duro pero noble Mike Davis del Barcelona, cuando le sentó en el suelo machacando el aro blaugrana a la par que el del equipo catalán intentaba taponarle).

También descubrí toda la verdad sobre cómo miden en EEUU a los jugadores, en el ejemplo vivo de Clarida, jugador duro y voluntarioso como pocos, pero casi seguro que con menos calidad individual que la mayoría.Empezaron a aparecer poco a poco otra hornada de jóvenes locales, como Ortega y Aitor Zarate (un año después Pablo Laso).

Como era de esperar el mago se quedó con nosotros y llegó un jugador tan alocado como resultón y efectivo, Terry White (“elegante” Terry White, como le nombraban en las retransmisiones de Radio Vitoria),y un trabajador serio como Lafuente, de esos que sin hacer mucho ruido se ganó el cariño y el respeto de todos.Con el mago en nuestras filas conseguimos el primer título de nuestra historia, “LA COPA ASOCIACIÓN”,contra el CAI Zaragoza, que celebré por todo lo alto, como si de la Euroliga se tratara.

Foto: Nuevo Basket. Abdul Jeelani (izquierda)

Temporada 85/86

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Ya se sabe, uno que no estaba acostumbrado a este tipo de emociones y alegrías pues como que me supo a gloria.

Compré toda publicación habida y por haber, por si acaso no se volvía a repetir ese hito (no sabía entonces cuán equivocado estaba ni lo que me alegro de haber estado tan desencaminado).

El mago nos duró sólo un par de temporadas.

En la siguiente, en una temporada convulsa, la primera que uno recuerda con varios cambios en la plantilla sobre la marcha (cosa que ahora no se hace raro, pero que en aquella época era algo más que novedoso), el Baskonia nos regaló varias imágenes.

Por un lado en esos años Pablo Laso ya muestra lo que aportaría al Baskonia a lo largo de los años.

Por otra la de un espigado taponador, con afición a machacar el aro contrario, pero con manos de mantequilla (lo que unido a sus gafas a lo Abdul Jabbar, hizo llegar a la gente que a veces no veía bien la bola). No era otro que Willie Simmons.Además otra joyita digna de haber sido vista  Abdul Jeelani.

A pesar de llegar ya tocado físicamente demuestra haber sido y ser un jugador de los que destilaba clase por los cuatro costados.Posteriormente haría una pareja memorable con Larry, aunque sólo durara una temporada.

Recuerdo que la llegada de Larry vino acompañada de un reportaje en la revista de Basket del momento (¿cómo se llamaba? ¿Nuevo Basket?, perdón pero la memoria me falla) en la que le definían como un jugador que en Italia había empezado como el Champagne y había acabado como la gaseosa.

Por fortuna para nosotros, en su paso por Vitoria dejo mucho más imagen de espumoso francés que de botella de La Casera o La Pitusa (se pueden nombrar marcas comerciales, ¿no?).

Con Larry y Abdul jugamos con el uniforme azulgrana (demasiado poco usado y explotado con el paso de los años bajo mi modesto punto de vista), y también lo hicieron las nuevas incorporaciones, el Navarro Urdiain y Felix De La Fuente, “Felisón” (como se le animaría desde parte de la grada con el paso del tiempo).

Jugador este último voluntarioso como pocos, no exento de calidad, zurdo (extremo este que volvía loco a parte de sus defensores) y que si la madre naturaleza le hubiera regalado unos centímetros más.

Todos estos cambios en cuanto a diseños de plantilla, que el equipo dejara de luchar agónicamente por los últimos lugares de la clasificación como antaño, que empezara a crecer dentro del panorama nacional y que obtuviera el primer título en Villanueva de la Serena viene acompañado con un patrocinador que estuvo con nosotros 4 años.

Tras pasar por la Camiseta Baskonista los Schweeps, Sallkon, Embutidos Celedón o Aeropuerto Foronda, llega la entidad bancaria (Arabatxo-Caja de Álava). Bajo este patrocinio y en esa época de cambios en el formato de la liga (Grupo Par-Grupo Impar + A1-A2) el Baskonia se estabiliza en la zona noble de la tabla y alcanza la participación Europea en la Copa Korak, fruto del primer título en la máxima categoría alcanzado en tierras extremeñas.

Esta primera incursión en Europa nos llevó a derrotar a unos holandeses con el espectacular nombre de “Super Cracks”, aunque luego en la cancha no hicieran honor a ese nombre. Bueno, quien dice cancha dice gimnasio (no podía creer que en la retransmisión televisiva el telón de fondo de la imagen fueran las espalderas que recorrían el largo del campo). Abdul Jeelani en la temporada 85/86.

El primer y corto sueño se acabó con el Asvel Villeurbane (maldito resbalón de Lafuente en los minutos finales del partido de vuelta, cuando parecía que podíamos equilibrar la eliminatoria).

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Foto: El Correo. Indar Baskonia en sus inicios en la temporada 85/86 en Mendizorroza

LA AFICIÓN

La afición que ve que su equipo comienza a luchar por algo más que por estar un puesto por encima de las plazas de descenso empieza a cambiar como tal. Poco a poco, eso sí, pero empiezan a aparecer un par de focos de animación muy por encima de lo habitual hasta entonces.

Por un lado un grupo cuyo origen está en un grupo de jóvenes de Murguia, de la cantera del Ramiro de Maeztu parte de ellos (del de Vitoria, por supuesto), reconocibles a la legua por sus gabardinas a lo Colombo y sus sobreros de paja, junto a otros aficionados Baskonistas.

Por el otro, un grupo de jóvenes que se ubican en una de las balconadas del pabellón, la balconada C por más señas (Baskoniada C). Tras un tiempo dando bullicio al pabellón se acaban juntando detrás de una de las canastas, gran parte de ellos y otras personas que animan y se animan también (valga la redundancia). Indar Baskonia en sus inicios. Todo esto no es ni más ni menos que el origen de lo que sería Indar Baskonia, que luego se trasladaría al Araba con el resto de la afición.

También en Mendi aparece la mascota Aker, que da una nota original en la animación de los partidos (ni sombra hoy en día de lo que fuera en sus orígenes en Mendi o en los primeros años de su heredero, el Pabellón Araba), o del famoso ataúd que rezaba “Condal” en su tapa, en referencia a lo que lucían los colegiados en sus todavía entonces uniformes grises.

87-88 Foto:Saski Baskonia. Temporada 87/88 la primera con Taugres como patrocinador

PATROCINADOR ESTABLE

Volviendo al tema anterior, el relevo del Caja de Álava lo toma el que ahora se va, Taulell, de la mano del ya fallecido Santamaria.Con ellos y la posterior llegada de un joven y ambicioso residente/exjugador, comienza el largo a la vez que agradable camino hacia la cumbre, en la que nos encontramos y en la que tan difícil es mantenerse por un largo periodo (valor a tener en cuenta en estos días, opina un servidor).

La primera temporada con este patrocinador se intentan fichar jugadores para que además de mantenerse en la zona tibia de la tabla, el equipo vaya haciéndose más fuerte.

Llegan los Agustín Cuesta o Fede Ramiro (lástima que sólo estuviera con nosotros una temporada), este último para sustituir a Aitor Zárate, jugador con un físico y un tiro del que siempre me quedará la duda de qué hubiera llegado a ser si se hubiera quedado en Vitoria.

De esta temporada tengo diversos recuerdos, el mejor sin lugar a dudas, fue el ver cómo en los playoff contra el Real Madrid se las hicimos pasar de a kilo para superarnos por 2-1.Un servidor no podía creer que nos pusiéramos 0-1 ganando en su feudo, eufórico fui al segundo partido en el  que literalmente nos aplastaron, y cuando más resignados estábamos, estuvieron a punto de dar la sorpresa por segunda vez en la capital del reino.

Las cosas seguían cambiando, pero para mejor. Eso sí, ese mismo año también me enseñó cómo un fichaje puede salir rana. Sí Señores/as, no me refiero ni más ni menos que a David Lawrence. Lo siento, pero no podría omitir en este escrito a este jugador.

Aún recuerdo a su agente hablando de él en Radio Vitoria, que si anotaba, reboteaba, corría la pista con facilidad, botaba y asistía a pesar de su estatura, y llegados a este punto, mencionaba que a pesar de ser pivot podía jugar en “todas” las posiciones del campo, y lo llegó a nombrar como el “Magic” Europeo, por su versatilidad (vaya sacrilegio, a tiempo pasado, debieran haberle excomulgado de la religión del Baloncesto).

Yo, todo crédulo mordí el anzuelo, y vaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaya decepción después, poca sangre, no tocaba el aro en los tiros libres, y más allá de lo que pudiera decir número alguno, nos la lió pero bien parda (acabó siendo sustituido por un alero, Nikita Wilson.

Foto:El Correo. David Lawarance temporada 87/88

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La temporada de la despedida de Santamaría de la presidencia, llega a Vitoria Ralph McPherson (“Rafael”, como se le animaba desde el graderío) y Julio Torres.

Ni que decir tiene que la aportación de este jugador superó con creces a la plaza de extracomunitario desperdiciada la campaña anterior. En términos de historia, a pesar de realizarse una más que buena temporada, todo quedó eclipsado con el desembarco del nuevo gestor, Josean  Querejeta.

Su llegada, cual  terremoto a Vitoria, mueve desde un principio los cimientos del Baskonismo.

No contento con continuar la línea ascendente mostrada hasta ese momento, su primera temporada en el club es una auténtica declaración de intenciones, de que busca apuntar alto, más de lo que nosotros mismos imaginábamos en aquellos momentos, y suenan nombres para engrosar las filas Baskonistas impensables hasta hacía bien poco.

El que escribe alucinó con la llegada de Chicho Sibilio, con el pelotazo del culón Ramón Rivas sacado de las garras de la NBA (así lo veía en su día), así como con la llegada de los primeros pipiolos, recién aterrizados desde Argentina, en lo que vendría a ser el santo y seña del Baskonia para poder crecer y competir con chequeras muchííííísimo más profundas, y que acabaría siendo un modelo y ejemplo a seguir en nuestra liga doméstica.La llegada de este presidente hace que también se termine la tradición de técnicos de la casa.

Mendi despide a los hombres de la casa. Pinedo, Xabier Añua, Pepe Laso, Iriarte, Capetillo o Manu Moreno (con la excepción del temporal y efímero Pavlicevic), para dar paso a los Herb Brown, Manel Comas, Sergio Scariolo, Dusko Ivanovic, Persovic o Neven entre otros, pero esos son nombres de otro pabellón, de otros recuerdos, más cercanos a todos en el tiempo y a otro episodio de nuestra historia.

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Foto:Nuevo Basket. Tiempo muerto en Mendizorroza en la temporada 85/86

PARAFERNALIA RUTINARIA DE LA PREVIA DE ENTONCES

En este escrito de recuerdos también debe haber un huequecito para recuerdos de la parafernalia o el ritual repetitivo que rodeaba a los choques de la “era Mendi”, o por lo menos para los que accedíamos a Mendi con la entrada de “infantil”, que lo hacíamos por una puerta diferente a la del resto de la afición (en épocas por la de la izquierda, en épocas por la trasera, frente a la actual Escuela Oficial de Idiomas).

Una vez entrábamos, nuestro sitio natural era en la parte alta del pabellón (de verdad que nos parecía alta  aunque si se compara con el segundo anillo de hoy en día, da un poco la risa el mencionar eso de “la parte alta”). Según se accedía a Mendi, en los partidos importantes contra los grandes, comenzaban las carreras por hacerse con una paragüera en la que reposar nuestros traseros durante el partido. El resto de la temporada la gracia tan sólo residía en saber cuán centrada estaría la paragüera escogida.

A partir de ahí llegaba la gran tentación, sentarse en un asiento de verdad, en uno de los de madera (en su día parecían los “cómodos”, este mismo año comprobé viendo a las nuevas generaciones en acción, que la mente tiende a dulcificar ciertos recuerdos, porque de cómodas como que nada).

A veces la tentación era poderosa y en esas edades ya se sabe, el placer de lo prohibido…, así que el que más el que menos se aventuraba a deslizarse de vez en cuando cual camaleón camuflado, observando con más ojos de los que uno tenía para evitar ser visto por “los hombres con las chaquetillas de cristalero”.

Que nadie que tenga esa digna profesión se enfade conmigo, pero es que el atuendo de los que cortaban las entradas y pululaban por el pabellón consistía en esa chaquetilla extrañamente similar a las que estilaban los cristaleros de la época (recientemente me he fijado y todavía siguen en auge, en diferentes versiones eso sí, en el mundillo del cristal).

La cuestión era que esa chaquetilla debía darles un sexto sentido para visionar quién no tenía entrada para estar sentado, o bien para oler el miedo en el que una vez logrado el hito de sentarse sin ser visto comenzaba a perspirar, una vez uno de los hombres con chaquetilla de cristalero comenzaba a avanzar por la parte baja del graderío (eso pensaba entonces inocente de mí, hoy en día pienso simplemente que se acercaban a aquel chaval que no estuviera con un adulto, vamos, que buscaban chavales en edad de infantil –cómo debían aburrirse algunos para convertir el juego de caza en su hobby durante ese par de horas cortas-).

En muchas de las ocasiones la escaramuza concluía con que te echaban con cajas destempladas del asiento. Digo con cajas destempladas porque hay que ver la mala leche que se gastaban parte de ellos, cuando el pabellón no se llenaba ni por asomo en la mayoría de las ocasiones.

Los que gustaban de ver Basket, con un intento era suficiente, los que se aburrían como ostras y no solían volver al pabellón, tomaban la acción como el objeto principal de diversión de las siguientes 2 horas (por descontado que para tener un mínimo de garantía de éxito había que realizar la operación una vez el choque comenzaba). Así que ya saben ustedes de dónde viene la afición de un servidor de acudir al pabellón con tiempo y ver las ruedas de calentamiento, etc ….. de llegar pronto para coger las ya mencionadas paragüeras.

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Foto:Andrés Arlanzón,en guregipuzkoa.net. El Baskonia con jugadores como Jarana, Lafuente,Rubio.acompañando a Josean Querejeta, Essie Hollis, Terry White, Iñaki Garaialde y Pablo Laso

DISCULPAS

Espero que disculpen el hecho de que determinadas partes de este escrito hayan tenido un aroma a historias de “El abuelo Cebolleta”. De todas formas… de eso se trataba, de retratar determinados momentos, jugadores,situaciones, en definitiva recuerdos, y compartirlos con unos (aquellos que no lo conocieron), a la par que recordárselos a otros que habrán vivido épocas similares con una u otra edad, y seguramente con esas y/u otras historietas, nombres o situaciones guardadas en sus mentes, pero con un fondo similar.

Si alguno no le encuentra ni pies ni cabeza a todo esto, pues lo siento, pero todo lo que he escrito va apareciendo en mi mente con cierta claridad, y no es fácil meter todo en la misma olla y que salga un guisado decente. Que se le va a hacer.

Por último mis disculpas a todos esos nombres que se me quedan en el tintero, desde Sanchón, historia viva del Baskonia, hasta aquellos jugadores que pasaron más o menos efímeramente por nuestro equipo (los Jarana, Miñana, Rubio, el testimonial Soto, Alarcón, Iosu Pérez.. ), y que no dejan de ser parte del Baskonia de Mendi.

Kurt Rambis (el forero, no confundir con el famoso Angelino)