Foto:Gigantes Rubén Martínez Campeón.

Por Carlos Pérez de Arrilucea 

No hablaré de estrellas ni de mitos baskonistas. Cada uno tiene el suyo y esgrime sus razones para la canonización de uno u otro.

El deportista de élite tiene un aura hipnótica que convierte sus virtudes en la vara de medir de todas las cosas.Un buen juego de pies o un alto porcentaje en triples acaba por serlo todo.

Prefiero hablar de Rubén Martínez. Él fue utillero del Baskonia hasta hace casi un año. Salió del club en silencio por esa puerta de servicio que tantos han cruzado.

Su marcha apenas supuso unas líneas en el periódico dentro de la información diaria del Baskonia el pasado verano.

Pero aún recuerdo más de un artículo que le dedicamos en EL CORREO.El último fue un día antes de arrancar la Copa del Rey ‘08 en Vitoria. Rubén estaba de baja, a caballo entre la diálisis y en la lista de espera de un trasplante.

La vida con un solo riñón tiene estas cosas, pero ni una queja salió de su boca.

Rubén prefería hablar de baloncesto, de cómo llegaba el Baskonia a una de las grandes citas de las temporadas, de anécdotas de anteriores Copas, de la aceleración que experimenta la rutina diaria del Buesa Arena cuando se acerca el asalto a un nuevo título.

Él había quedado fuera de aquella locura, pero contaba las horas para ir al pabellón con su piña de amigos para arropar al Baskonia en los cuartos de final contra el Unicaja, aquel cruce que resolvería el inefable Muoneke. «Soy un forofo», se confesaba Rubén entonces.

Meses después, nuestro protagonista dejaba el Baskonia.Se iba con ese espíritu de forofo que explica muchas cosas en este club cincuentenario.

Bajo la cúpula del Buesa Arena hay currantes que no sólo trabajan por el sueldo mensual, también por una forma de luchar y sobrevivir que ha convertido a la entidad baskonista en lo que es hoy.

Esa mentalidad que, según Manel Comas siempre dice, impregna las paredes del vestuario también se cobra sus víctimas.¿Un tributo que hay que pagar en la carrera a la élite? ¿Pura selección natural?

Cada uno tendrá su opinión en esta pequeña ciudad donde en cada esquina hay un catedrático en materia baloncestística, una Vitoria bien poblada de partidarios y detractores del fondo y las formas del Baskonia.

Un minúsculo terruño repleto, y a mucha honra, de forofos como Rubén.

You must be logged in to post a comment Login