¡Nuestro adiós a Manel Comas!

Manel

Homenaje a Manel Comas en el Buesa Arena

Foto: EL CORREO. Manel Comas en el palco del Buesa Arena en su homenaje el 24/01/2013

Fecha de nacimiento: 29 de noviembre 1945

Lugar de nacimiento: Barcelona

Temporadas en Baskonia 93/94, 94/95,95/96, 96/97

Palmarés baskonista: Campeón de Copa del Rey de Granada 1995  y Recopa de Europa de 1996. Insignia de Oro. Reconocimiento a sus cuatro temporadas (02/09/1997)

Por Rubén Gazapo Ramos

Los autores del libro Memoria Baskonista queremos dar nuestro sentido homenaje a Manel Comas que hoy lunes 17 de junio de 2013 fallecía a los 67 años de edad tras recaer del cáncer que sufría desde hace año y medio.

Muchas, sentidas e instantáneas han sido las reacciones que se han publicado en diferentes medios y redes sociales entre los distintos estamentos del mundo del mundo baloncesto, clubes, jugadores, periodistas, y aficionados han dejado constancia del cariño y reconocimiento hacía la persona y entrenador de baloncesto que era Manel.

En Vitoria  Comas vivió una intensa conexión con el público baskonista y una mutua admiración desde el primer día. Con el técnico barcelonés el club azulgrana comenzó a tener una presencia importante en el baloncesto continental disputando tres finales de la Recopa de Europa de manera consecutiva, a la tercera se logró el único titulo continental del Baskonia con la Recopa de 1996 ante el Paok.

Un año antes también se logró la primera Copa del Rey, en Granada, después de haber perdido ante el Barça la temporada anterior la primera y accidentada final copera que disputó el entonces Taugres en su historia.

Manel protagonizó muchos grandes momentos y también anécdotas que merecen ser recordadas en la memoria de todos los aficionados que vivimos aquella época del boom baskonista.

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Foto:El Correo.Manel Comas en el Pabellón Araba en la temporada 94/95

Se puede decir que nacía de esta manera el Carácter Baskonia, el que servía para dejar atrás una historia modesta para dar comienzo a una nueva etapa en la que se lograba ya dar guerra a los grandes clubes de la ACB y de Europa, tener objetivos más ambiciosos con un público orgulloso de su equipo, y de su entrenador, Manel Comas.

El 24 de enero de 2013 recibió el homenaje a toda su trayectoria al conmemorarse la victoria 250 del Baskonia en Europa en los minutos previos al partido de Euroliga ante el FC Barcelona.

Los 15.500 espectadores que llenaron el Buesa Arena se pusieron en pie para mostrar todo su cariño y agradecimiento a un gran entrenador que ejerció además de embajador baskonista mucho más allá de Vitoria-Gasteiz, a lo largo de su carrera como entrenador en activo en diferentes plazas del baloncesto nacional y posteriormente como comentarista televisivo en Tve.

Para que el recuerdo de Manel Comas siga vivo en el ADN de los seguidores del Baskonia y del resto de aficionados que estimaron a Manel a lo largo de su trayectoria profesional durante casi medio siglo de baloncesto en activo publicamos en esta web la Entrevista integra que le realizamos para el libro Memoria Baskonista el pasado mes de enero días antes de su homenaje en la capital alavesa.

Libro que semanas después en la Copa del Rey también celebrada en nuestra ciudad recibió de nuestras manos.

!!Hasta siempre Manel!!

Escuchar entrevista a Manel Comas

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ENTREVISTA A MANEL COMAS publicada en el libro MEMORIA BASKONISTA

¿Cómo fueron tus inicios en el baloncesto?

Mis inicios en el baloncesto se dieron por tradición familiar, mi padre jugó en el Joventut, cuando el equipo se volvió a formar después de la guerra, mi hermano mayor también era jugador, así que por inercia jugué. Empecé en el Maristas de Badalona, mi colegio, y también en el San José y en el Circulo Católico porque mi familia era de Badalona, aunque yo residía en Barcelona.

Tras una primera trayectoria como jugador,¿cuándo y cómo decidiste colgar las zapatillas y hacerte entrenador?

Tras una experiencia en el Mongat, en la actual LEB Oro, y patearme algún campo de cemento,me propusieron entrenar al equipo en el que yo jugaba, el Básquet Badalona. Pensaba que iba a ser cosa de un año y desde entonces llevo más de treinta en la profesión. Comencé en 1978.

Estuve cinco temporadas en el Básquet Badalona haciendo un buen trabajo, hasta que Aíto García Reneses me propuso ser su segundo entrenador en el Cotonificio, y ahí fue cuando empezó toda mi trayectoria a un nivel superior como segundo entrenador. A partir de ahí, di el salto como primer entrenador en la Liga con el Mollet, después Joventut, donde gané la Copa Korac de 1981, Licor43, Granollers, CAI Zaragoza, etc.

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Foto:ACB.Manel  y sus jugadores en la Final de la Copa de 1994

¿De dónde procede tu apodo de “El Sheriff”?

Cuando fiché por el Joventut en 1980, había que hacer una revolución y el periodista de El Mundo Deportivo, José Manuel Fernández, que sabia de la situación complicada que vivía la Penya, escribió al ficharme que ya venia el sheriff a poner orden.

Fue en 1993 cuando se produjo tu fichaje por el Baskonia. ¿Qué recuerdas de tu llegada al club vitoriano?

Mi fichaje por el Baskonia de cara a la temporada 93/94, se produjo ya desde noviembre de 1992.Yo llegaba de Estados Unidos, donde había estado trabajando con Larry Brown en la pretemporada de Los Ángeles Clippers, y entrenaba al Cáceres en España. Nada más llegar me llamó Josean Querejeta para anunciarme que había destituido a Herb Brown, y quería conocer la situación contractual de cara a la siguiente temporada.

Tanto Cáceres como yo teníamos opciones de renovación hasta el 28 de febrero de 1994. Me reuní con Josean Querejeta en Madrid antes de esa fecha y el proyecto que me presentó me pareció increíble.

Además yo conocía Josean porque lo había tenido como jugador, y ahí cerramos el fichaje. Lo mantuvimos en secreto hasta el final de la temporada. Entonces fue cuando pudimos fichar a Velimir Perasovic que estaba en Breogan, y así comenzó mi camino en Vitoria.

Durante esos años, ¿cómo era la relación con el cuerpo técnico?

Si tuviera que resumir nuestra relación en una palabra, diría fidelidad. Todos aportábamos y empujábamos en la misma dirección para consolidar un proyecto que necesitaba triunfos para poder establecerse entre los equipos importantes.El cuerpo técnico que me rodeó estaba muy implicado.

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Foto:Gigantes. Manel Comas y la primera Copa del Rey, en 1995

¿Cómo fue esa primera temporada 93/94, en la que el Baskonia comenzó a disputar finales?

En esa primera temporada, en apenas dos semanas jugamos la final de la Copa del Rey en Sevilla y la de la Recopa de Europa en Lausana, con una plantilla muy joven e inexperta. Nuestro equipo contaba con cinco efectivos para competir al máximo nivel y muchos complementos que ayudaban a lograr los objetivos.

En la final de Sevilla tuvimos muchos problemas con los árbitros, con la expulsión de Ken Bannister y las personales de Ramón Rivas. Y para nosotros, como siempre digo, un catarro era una pulmonía. Cualquier lesión te creaba un problema y debíamos mentalizar al equipo de todo eso. En la final contra Olimpia de Ljubljana ellos veían el aro como una piscina.odos anotaban de todos sitios. De hecho, Horvart no ha vuelto a meter tantas en su vida. Y pagamos la inexperiencia.

Pese a esos éxitos Baskonia siguió creciendo, ¿cómo se mantenían esas ganas de éxito?

Como se dice vulgarmente, se juntó el hambre con las ganas de comer. Yo quería títulos. En muchas ocasiones mi ímpetu asustaba a Josean. Yo era un hombre que había estado en el Joventut, que ya había ganado un titulo europeo como la Copa Korac y que entendía que la estructura del Baskonia era magnífica para ser ambiciosos.

Cada vez pedía un pasito más, y un pasito más. Yo le decía a Josean: “vamos a jugar la final de la Copa del Rey”, la jugábamos y la perdíamos.Entonces él me preguntaba: “¿Y cuándo vamos a volver a poder estar en un final?”, a lo que le respondía: “el año que viene”.

Ahí creo que fue donde se cimentó el carácter Baskonia, me encontré con unos jugadores extraordinarios, un grupo de directivos extraordinarios, con Josean a la cabeza, y unimos esfuerzos de una manera tan brutal, con el hambre de ser grandes, que ha llevado al club a ser lo que es. Ahí fue la primera piedra del Baskonia que conocemos actualmente.

Foto:El Mundo Deportivo. Manel Comas y el Baskonia en la Copa de Granada

La temporada siguiente se ganaba la primera Copa del Rey en Granada. ¿Qué recuerdas de ese éxito inicial?

Tuve la mejor plantilla de las que dirigí en el Baskonia porque a diferencia de años anteriores, contábamos con ocho efectivos útiles. Desde pretemporada queríamos llegar a Granada en el mejor momento de forma y lo logramos.

Éramos conscientes de nuestra capacidad para poder ganar títulos. Jugamos un baloncesto increíble y no hubo rival. Nos comimos al Joventut, al Real Madrid y al Amway Zaragoza, y pudimos llevarle a la afición el regalo que se merecía.

Era un grupo extraordinario, duro, con mucho carácter y por eso pudimos hacer las cosas bien. Se encontraron con un entrenador con carácter, pero establecimos una sinergia tremenda. Fuimos todos a una, pero tremendamente todos a una y eso fue lo que hizo obrar milagros.

Poster de campeones de la Copa del Rey de 1995

Poster de campeones de la Copa del Rey de 1995

Un quinteto que pasará a la historia con Pablo Laso, Velimir Perasovic, Marcelo Nicola, Kenny Green y Ramón Rivas. ¿Qué destacarías de cada uno de ellos?

Ramón era todo corazón, un seguro de vida para el equipo. Habitualmente no sumaba en ataque pero si lo necesitabas ahí estaba, como en la final contra el PAOK. Él conocía su rol a la perfección, defensivamente era una máquina y ofensivamente sabía distribuir el juego desde el poste bajo para tiros abiertos de Peras o Marcelo.

Kenny Green era la guinda del pastel. Tenía mucho talento y pese a esa apariencia frágil por culpa de su grave lesión de rodilla, nos completaba al equipo a nivel anotador y atlético.

Si lo explicara en el argot militar, diría que los carros de combate serían Rivas y Radunovic; y la división aérea la formaría Green. La clave era meterle el balón en el aro y él hacía el resto.

También era muy rápido desplazándose por la cancha e intimidaba como nadie. Nuestros exteriores, que no eran grandes defensores, podían arriesgar un poco más en línea de pase porque sabían que Kenny taponaría el 80% de las entradas a canasta.

Nicola era todo talento. Ojalá Marcelo hubiera tenido la sangre de Rivas. Esa mezcla hubiera convertido al argentino en un jugador NBA importante. Marcelo era lo que quisiera ser: un tres, un cuatro o un dos.

Era tan bueno como él quisiera pero tenía un punto de indolencia, aunque cuando se cabreaba era un bravo y eso le hizo ser un gran jugador.

Perasovic era un seguro. Igual en las finales por culpa de su altísima motivación no estaba tan fino al inicio, pero tú sabías que el 60% de la producción ofensiva la tenías hecha. Además su carácter ganador e implicación están fuera de toda duda.

Y Pablo Laso llegó a Granada en modo tocado con la barita mágica. En tres partidos dio un total de 30 asistencias y estuvo a un nivel brutal.

Foto: El Correo. Velimir Perasovic recibiendo las ordenes de Manel Comas en 1994

Tras dos finales europeas perdidas de manera consecutiva, Baskonia lograba la Recopa de Europa en Vitoria ante el PAOK. A nivel personal, ¿cómo viviste aquella final con el factor ambiental a favor pero con dos derrotas en el camino?

Yo lo viví con mucha responsabilidad. Alguien tenía que tirar del equipo después de las derrotas en Suiza y Estambul. En primer lugar, llegar a la tercera final consecutiva no es nada fácil, encima esta última con la lesión de Kenny Green que nos lastró muchísimo.

Desde el partido de Zalguiris Kaunas no pudimos contar con él y ahí aparecieron los Jorge Garbajosa, Miguel Ángel Reyes y Marcelo Nicola que lo sustituyeron a las mil maravillas.

Hubo momentos que tuvimos tantos problemas que nunca me imaginé que ese año llegaríamos a la final. Lo bueno de aquella plantilla era su carácter. Eran capaces de ganar el Belgrado, Lituania e Israel.

En cuanto a la final, creo que el cuerpo técnico preparamos muy bien aquel partido contra el PAOK. Hicimos cambios defensivos interesantes, supimos ir por detrás hasta el momento preciso y en ese punto metimos la zona 1-3-1 que ajustaba en match-up para que Millera, nuestro mejor defensor, se emparejara con Prelevic. Nos llevamos la copa y creo que merecidamente. Fuimos un gran equipo y tuvimos un Ramón Rivas impresionante.

Los viajes por Europa han sido recordados por todos los ex jugadores y periodistas de aquella época pero, ¿eran tanto como lo pintan?

En el famoso viaje a Macedonia seguimos vivos porque Dios quiere. Yo no he pasado en mi vida tanto miedo como en ese vuelo. Para que los lectores se hagan una idea, éramos un papel de fumar dentro de una tormenta con un viento de cien kilómetros por hora.

Tuvimos que aterrizar en Génova, hacer noche allí, dejar a media expedición en Italia porque el avión estaba descompensado y alquilar un jet privado para llegar al partido. Los jugadores se vendaron entre ellos y yo hacía todas las funciones de mi cuerpo técnico. Tras ese viaje creo

todavía más en la fiabilidad de los aviones, aunque recuerdo la vuelta porque todos tuvimos agujetas de la tensión.

Del resto de viajes, hay que tener en cuenta que a nivel presupuestario no es el actual y era costoso llegar a ciertos lugares. Nosotros empezamos con la moda de ir con el “mosquito” directos al destino. Pero los desplazamientos eran curiosos. Los hoteles eran malos, teníamos varias escalas, etc. Nosotros fuimos los valientes, los exploradores. (Risas).

Foto: Saski Baskonia. Manel Comas en la balconada de la Virgen Blanca celebrando la Recopa de 1996

Tras esas tres temporadas logrando éxitos, ¿cómo fue tu última campaña en Vitoria en la temporada 96/97? En la que el Baskonia sufrió bajas importantes como Marcelo Nicola y Ramón Rivas

Tras el éxito de la Recopa de Europa tocaba rearmar el equipo. Un año antes perdimosa Pablo Laso y nosotros vivíamos un problema económico y deportivo.

Tenía un año más de contrato pero los medios de comunicación comenzaron a ser un poco más duros con el equipo. Tuvimos un transito tristón, pero la afición siempre estuvo con nosotros. Yo solo recuerdo cariño.

Cuando te acostumbras a ganar todo es muy bonito. Pero aquella afición entendía que nosotros estábamos creciendo y resultaba imposible ganar títulos todos los años. Ahora esa situación ha cambiado y la exigencia es mucho mayor.

Después de cuatro años muy intensos en el Baskonia, fichaste por el FC Barcelona. ¿Cómo fue el salto de Vitoria a Barcelona?

Fue el error más grande de mi vida. Yo estaba acostumbrado a una empresa que luchaba por conseguir unos objetivos, y llegué a un sitio que era un club de fútbol, donde hay una cosa que es baloncesto, y ahí choque bastante. Marcelo Nicola se vino conmigo tras haber estado cedido el año anterior en Panathinaikos. El Baskonia cerraba una etapa y comenzó una nueva con Sergio Scariolo.

Tras tu marcha, ¿tuviste en alguna ocasión real de regresar al banquillo baskonista?

Sí. No desvelaré la etapa pero Josean Querejeta me lo propuso y como yo estaba vinculado con un equipo, que contaba con jugadores jóvenes, decidí quedarme. Y me arrepentiré siempre porque a las pocas semanas el club decidió cesarme y luego descendieron.

Foto: El Correo. Manel Comas en una pretemporada con el Baskonia

Foto: El Correo. Manel Comas en su primera pretemporada con el Baskonia en 1993

Si tuvieras que elegir tu Dream Team particular de tus años al frente del banquillo de Baskonia, ¿Qué jugadores elegirías?

Creo que me decanto por el quinteto que hemos analizado antes, es decir, Laso, Perasovic, Nicola, Green y Rivas.

¿Qué crees que has dado tú a Baskonia para que esta actualmente donde se encuentra?

Creo que saber sufrir. He tenido la suerte de contar con un grupo de jugadores que sabían sufrir, porque un horario Michelin es muy duro.

Aguantar las “cabronadas” que hice al equipo para aguantar al máximo nivel y sobre todo con el respeto que lo hicieron es admirable. Supe integrarme en el proyecto y hacer que mi equipo se sintiera parte del mismo.

Eres uno de los entrenadores más queridos de la historia del club y tras superar tu enfermedad el club te realiza un homenaje en el Fernando Buesa Arena ante el FC Barcelona en Euroliga. ¿Qué sientes al recibir tanto cariño?, ¿cómo lo tomas?

No lo sé, porque aunque tengo fachada de tipo duro, soy una persona sensible. En mi actual estado me costará aguantarme las lágrimas de emoción. La gente siempre me ha tratado de una manera formidable cuando he sido rival, no quiero ni pensar lo que suceder en unos días.

 

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