Foto: El Mundo. Timinskas al comienzo de la temporada con el Baskonia
EFE.
El lituano Mindaugas Timinskas, uno de los jugadores a quienes el Tau ha querido convertir en comunitario por vía judicial, ha confiado en la Asociación de Baloncestistas Profesionales (ABP) para defender sus intereses en la demanda que acaba de plantear al club vasco por sancionarle con cuarenta días de empleo y sueldo después de cederle al Racing París.
El alero recurrió la semana pasada a los Juzgados de lo Social de Vitoria para denunciar al Tau, que una vez traspasado al conjunto francés le impuso más de 50.000 euros de multa por un retraso supuestamente cometido a finales de diciembre, varias semanas antes de marcharse a París, tras viajar a Estados Unidos por el fallecimiento de su suegro.
«Tengo absoluta confianza en la ABP. Siempre he sabido que no tenían nada personal contra mi. El caso de los ‘comunitarios B’ estaba por encima de Timinskas. Ellos han protegido a sus jugadores, como habría hecho cualquier sindicato del mundo. Su deber es usar cualquier recurso para proteger a los suyos. Han hecho lo correcto y nunca he tenido ningún problema con ellos», aseguró el báltico en una entrevista con EFE desde su domicilio en la capital francesa.
En el Racing de París
Timinskas, incorporado al Racing París desde el 30 de enero, ha encargado su defensa al letrado Jesús Villegas y a la ABP, cuyos servicios jurídicos han litigado contra todos los procesos legales abiertos por el Tau para convertirle en comunitario, pero su máximo deseo es que «la afición de Vitoria sepa la verdad» sobre lo ocurrido.
«Avisé a mi representante para que hablase con el club y le pidiera permiso para irme. ‘Sanchón’ -José Luis Sánchez, director de equipo del Tau- me dijo que no había problema, pero que hablará con Dusko -Ivanovic, el técnico-. Hable con él después del partido contra el Granada y también me dijo que no había problema, pero que quería que volviera a los entrenamientos el 29 de diciembre», explicó el alero.
Nathalie, la hija pequeña de Timinskas, nacida en Vitoria y con tres meses de edad en aquel momento, tuvo que esperar hasta el 26 de diciembre para que las autoridades estadounidenses le facilitasen un pasaporte «porque era Navidad y todo estaba parado», así que el alero volvió a contactar con el club, que «tampoco puso ningún inconveniente» y le emplazó para regresar a los entrenamientos el 1 de enero. «Sólo me dijeron que tenia que ir a entrenar el día 1 de enero y eso fue lo que hice. Dusko siempre quiere que los jugadores vuelvan cuanto antes, pero vio que era importante. El es un hombre inteligente y sabía que no me iba de vacaciones», comentó Timinskas.
«A la vuelta, después del primer entrenamiento, tuve una charla con Dusko para hablar del futuro. Me dijo que pensaba utilizar más a Hugo Sconochini, que iba a quedarse todo el año, y que yo iba a estar más tiempo en el banquillo. Ni él ni nadie me dijo nunca que fueran a sancionarme», afirmó. El lituano lo confirmó incluso con José Luis Sánchez Erauskin porque «hay veces que Dusko sanciona a un jugador y, en vez de avisarle directamente, se lo dice al director de equipo», pero éste «tampoco dijo nada». Las negociaciones para la cesión de Timinskas al Racing París ocuparon todo enero. El jugador rechazó una oferta del Ural Great ruso «para no ir tan lejos con dos niñas pequeñas». Sin embargo, deseaba cambiar de equipo y para conseguirlo renunció a parte de las cantidades estipuladas en su contrato.
«Comprendía que el Tau no quisiera pagarme»
«El Tau no quería pagarme todo el año y yo entendí su posición, pero también quería irme a otro equipo y busqué el beneficio de las dos partes. Preferí sacrificar algo de dinero y poder jugar en otro sitio», reconoció el báltico. «El acuerdo para irme a París se cerró en las oficinas del club delante del presidente y de más personas. Acabamos el papeleo a las diez de la noche. Al día siguiente, a las ocho y media de la mañana, me encontré en la puerta de mi casa con ‘Sanchón’ y su hijo, que habla inglés y le hace de interprete, y ellos me dieron el papel donde el club me comunicaba la sanción», recordó Timinskas.
La noticia le causó «una gran confusión porque nadie había dicho nada hasta ese momento» y el Tau siempre le había tratado «con justicia, ni bien ni mal y, salvo algunas pequeñas cosas, no hubo motivo de queja y las relaciones siempre fueron correctas». «El baloncesto español es bueno, pero jamás volvería a jugar en el Tau. Si no hubiera pasado esto sería distinto. La afición es fantástica y la ciudad me gustaba mucho, pero hay algunas personas de la directiva en las que no confío», declaró Timinskas. Además, el báltico piensa que el Tau le utilizó para entablar el conflicto de los ‘comunitarios B’: «Alguien tenía que ser el primero, pero los responsables del club no acudieron a los tribunales para defender mis derechos, sino que me usaron para poder firmar más jugadores ‘Bosman’ B en el futuro».
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