Por Alex Gozalbo de Gigantes del basket (23/01/2001)
La poco frecuente historia de un chaval que vino al mundo para romper prejuicios. El 1 de enero de 1985 nació Tiago, como predestinado a ser prematuro y anticipado en todo.
Primero en el colegio, luego en la Liga Brasileña y finalmente en la selección, siempre jugó con los mayores.Ésta es la leyenda, algunos aseguran que incluso es verdadera, de un Joven de 16 años que vino al mundo para cambiarlo.
De momento, ha empezado atacando desde el filial del Tau. Para un jugador con talento, que se acostumbra a cualquier dinámica de juego, una de las diferencias más importantes entre Gasteiz y Brasil es la temperatura. “No lo entiendo. Aquí hace mucho frío. La diferencia puede llegar a los 40 grados.
Cuando llamo por teléfono a mi familia me hablan de calurosos días de 38 grados”, dice mientas el vaho se escapa de su boca. Y eso que buena parte de sus antepasados son alemanes.
De hecho, tanto por su físico como por la educación que ha recibido, tiene más toques germanos que brasileños.
Sus primeros amigos los ha hecho en el instituto, donde estudia primero de bachillerato. A pesar del cansancio de los entrenamientos y de las lógicas dificultades con el idioma, Tiago es bastante aplicado.
No falla nunca a las clases. Mientras pasea por las kaleas de Gasteiz recuerda cómo llegó al Tau: “Primero todo fue bien, pero cuando llegó el momento de firmar, mi familia se puso nerviosa.
Con 15 años que tenía entonces me hacían muchas preguntas para ver si lo tenía claro. Yo estaba seguro”. Tras haber destacado con las selecciones sub -16, sub-18 y sub -21 de Brasil, llegó el momento de abrir la mente y oír sugerencias. “En mi país hay algunos buenos equipos con mucho dinero, pero el resto está muy por debajo. La categoría juvenil es muy floja. Pedí muchas informaciones y todas coincidía; donde más podía mejorar física y mentalmente era aquí”, recuerda.
Tendré las puertas de Europa abiertas y depende de mí entrar o no”, detalla con la precisión de un crítico de cine que se autoanaliza como si hablara de una película ajena. ¿Cine? “Suelo ir bastante a los cines que hay aquí. Si la película es de Jim Carrey, un Comediante de primer nivel, no suelo faltar. También oigo música, aunque aquí es diferente.Lo tienes fácil para regalarme un CD, me gusta todo”.
En el filial de Tau, el Araba Gorago, está progresando rodeado de jóvenes con todo por mejorar. Son colistas del grupo E en la EBA. “Las lesiones de mis compañeros nos han perjudicado, pero estamos mejorando. Sólo podemos crecer y lo vamos hacer. Para mí es una competición muy fuere, con unas estructura correcta y partidos cada semana, algo inusual en Brasil”, relata.
De momento, este ala-pivot, de 2,07 metros sabe posicionarse como nadie para hacer canasta y que que está trabajando tiro exterior (según su propia definición), es uno de los errores del sistema tradicional.
Algo así como un jugador del futuro en el presente. Una amenaza para la cronología ortodoxa. Trabaja cada día para demostrar que el tiempo es una anécdota, una convención que no hay por qué respetar.“Puestos a elegir el jugador perfecto debe ser una mezcla de Pelé y Michael Jordan. Sí creo que estaría bien”, sentencia mientas parece fabricarlo en su avanzada mente.
En el Tau se cuida mucho el entorno de sus jóvenes. Además de tener un tutor, Tiago vive con otros compañeros del club, madurando así como persona. “Tanto Asier (Arzallauz, juvenil) como Ángel (Pichardo también del equipo EBA) la relación es normal.
Creo que son buena gente y eso ayuda. Hacen una vida como la mía, con muchos entrenos. No salimos mucho porque yo aún no me he acostumbrado al frío, pero cuando voy a dar una vuelta siempre es con ellos, con la gente del equipo o con mis compañeros de clase”, reconoce con voz responsable.
Álvaro Bilbao, coordinador de las categorías inferiores, está muy ilusionado con Tiago: “Es un jugador que reúne las características de alguien de elite. Lo que más nos sorprende es su madurez y la capacidad de adaptarse al entorno.
En 4 meses no ha dado ningún problema”.Su entrenador, Iñaki Iriarte, reconoce que si su progresión no se tuerce podemos esperar grandes cosas: “Es un chico que, para su edad, tiene de todo. Lo mejor es que tiene claro lo que quiere. Su cabeza no es normal para la edad que tiene. Trabaja mucho y eso es básico. El talento sin cabeza, no sirve para nada. Estamos trabajando mucho con él a 3 o 4 años vista.
Hay que mejorar su tiro. En el Araba Gorago juega de cuatro, pero con mucha movilidad. Hay que conseguir que sea útil de “dos”, de”tres” y de “cuatro”. Con la altura que puede conseguir (2,10) será muy valioso. Algo así como Pau Gasol”.
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