Por Jorge (Scola)
La copa comenzó calentando motores en una noche de baloncesto en el Bogotá, con Xabier Añúa haciendo las delicias de los presentes con su repertorio de anécdotas.
También proyectaron unos vídeos muy buenos de Kukoc, Petrovic, Dalipagic, Delibasic, la final de Copa del Rey que ganó el CAI Zaragoza al Barça, «Pistol» Pete Maravich, Magic Johnson, Kareem Abdul Jabbar, el primer concurso de mates (en el 84, creo).
Por ejemplo salieron imágenes de Kukoc en el mundial junior de 1987 en Bormio, Italia, donde jugaron la final frente a USA (Larry Johnson, Gary Payton).
En Yugoslavia jugaban también Divac y Radja.Pues Kukoc aparecía en el vídeo enchufando 11 de 12 triples en esa final!! Era una caña escuchar el sonido ambiente, al final el público se lo tomaban a risa! También vimos imágenes de la final de la Recopa de Europa del 89 donde Petrovic anotó 62 puntos y Oscar Schmidt 44.
También de Petrovic en una final de la Korac ante el Limoges (que perdieron) con 17 años, o una final de la liga con el Sibenka Sibenik, que ganaron con dos tiros libres suyos con 18 años (luego esa liga se la quitaron en los despachos), o en aquellos partidos míticos frente al Real. Madrid o el Zalgris de Sabonis.
Había imágenes curiosas, como Magic Johnson botando el balón de camino a casa con solo 6 años, o Lew Alcindor – Kareem haciendo unos sky-hooks estratosféricos en la universidad (literalmente saltaba tanto que lanzaba el balón hacia abajo, porque no le dejaban en su Universidad hacer mates).
Entre tanta estrella se coló Aíto en sus tiempos de jugador.Tirando unas piedras alucinantes.
Bueno,llegó la final, el título, y la noche post-Copa del Rey:
Cuando acabó la final me fui a felicitar a Mendi, un amigo que se sienta unas pocas filas delante de mí, y que estaba llorando, con su madre y sus tíos.Estaba hablando con su hermana por el móvil y tuvo que pasársela a su madre porque no podía hablar con tanto lloro.
Por supuesto no faltaban dos petacas de whisky, algo que solían llevar a los partidos buenos. Le pegué un trago a una de ellas porque la otra ya se la habían trincado, y brindé con su madre, que le pegó otro buen trago.
Llamé a J. Emilio (entonces tercer entrenador del Baskonia) al móvil para darle la enhorabuena. Me dijo que le esperásemos, que venía con nosotros en el coche. Nos sacamos unas fotos con la reproducción de la copa que dieron a todos los del equipo (a José Emilio se la dio Ernesto Segura de Luna) y subimos al coche para ir a casa.
J. Emilio tenía cena con la plantilla en el Sagar-Toki. Yo quedé con mis amigos para dar una vuelta. En el Carajo estaba Mario Caballero, uno de los reporteros de Caiga Quien Caiga, que resultó ser un tapón (aunque en la tele parece alto). No tenía más que cabeza. Sin el traje negro pierden mucho.
En ese bar estaba Liher/Wallaby, y nos dimos la enhorabuena efusivamente. Quedamos en vernos en la fiesta del Baskonia en el Amadeus,pero luego no le ví.
A todo esto, yo iba con la camiseta del Industrias Tecno por ahí! En esto hacen su entrada en el Nuevo José Emilio, y empezamos a gritar «José Emilio oe, José Emilio e o eee» (con la misma musiquilla que «a por ellos», o «apoyeyos» como diría Soraya).
Lo bueno fue que empezamos a gritarlo en un descanso entre dos canciones, y todo el bar, que estaba hasta arriba, empezó a corear su nombre, con los brazos en alto dando palmas (y no exagero, era TODO el bar). El pobre no sabía donde meterse.
Además el del bar viendo la movida bajó el sonido de la música para que se nos oyera mejor y el pobre José Emilio abochornado por sus amigos los borrachos.
Cuando ya nos cansamos de saltar en el Nuevo fuimos al Amadeus. Allí llegamos a la puerta y no nos dejaban entrar. Había un poco de cola, así que me acerqué a la puerta con José Emilio y éste le dijo al portero que era el tercer entrenador.
Entonces entramos José Emilio y yo, pero no dejaron entrar a los demás amigos (otros 3).
En cuanto entré vi a Oberto al lado de la puerta y le felicité, y él mismo me dijo «Oye, quieres que pase a alguien?» Y le dije que sí, que faltaban tres amigos por pasar. Se asomó a la puerta y los colo.
Luego nos preguntó qué queríamos tomar, fue a la barra entre todo el gentío y nos trajo las cervezas. Yo alucinaba.
Como el alcohol me había anulado la vergüenza, me lancé a felicitar a los jugadores, cuantos más Empecé la cacería por Chris Corchiani, que iba mucho más tostao que nadie. Mis siguientes víctimas Bennett, Foirest y Tomasevic, que estaban tranquilamente en una esquina de la barra.
Yo pensaba que simplemente les felicitaba, pero recordando al día siguiente creo que les metí la chapa a Bennett le empecé con el rollo de que él era el verdadero MVP de la Copa y a Foirest que su triple que nos puso por delante en la final fue decisivo.
Con Tomasevic estuve todavía más pesado. Entre que no me entendía y la chapa que le metí, el pobre acabó con la cabeza como un bombo.Después felicité a Scola, que iba bastante ciego y justo me dio la mano. En ese momento los jugadores empezaron a hacer un striptease,quitándose las camisetas.
No todo fue tan de color de rosa, claro. En uno de mis paseos por el Amadeus me tropecé en un escalón que separaba el piso de la pista de baile (y no por ir muy ciego, porque con tres gin kases todavía podía mantener el equilibrio), y me pegué un trompazo considerable.
Mientras me caía, mi única obsesión era no derramar la cerveza que llevaba en la mano. A duras penas lo conseguí. Cuando levanté la vista ví un montón de gente alrededor con cara de susto mirando para ver qué me había pasado, porque la caída fue espectacular.
Creo que no me vio nadie conocido. Vaya vergüenza! De todas formas no fui el único en besar el suelo, porque la mujer de Corchiani se cayó varias veces. Luego la mujer de Oberto me pidió la cerveza para tirársela por encima a Bennett. Se la dí, me dio las gracias y se la tiró en todo el bolo. También vi a Lucas Victoriano, que no sé qué hacía emborrachándose celebrando el triunfo de otro equipo.
En ese momento vi a un energúmeno que entonces se sentaba unas filas por delante de mi sitio, que se pasaba todos los partidos poniendo a parir a Tomasevic, así que ni corto ni perezoso, y siguiendo un criterio elegante y lineal, fui donde él y le dije que aprovechara a decirle a Tomasevic a la cara todo lo que le decía en la grada, encima ahora que era MVP. Vamos, con todo el ruido y lo mal que iba el hombre, ni me entendería.
A Nocioni le felicité por la Copa y por el mate en la cara de Garnett y Duncan. «No estuvo mal», dijo.Gabriel Fernández, Vidal, y Sconochini o ya se habían ido, o no fueron a la fiesta.
La curiosidad de esta fiesta, es que si no me equivoco fue el día en que conocí en persona a Rubén,que para mí entonces era Fergu. Pregunté a Fer «quién es Fergu» y me dijo «ese», y nada, allí estuvimos a lo nuestro, charlando de basket un rato.
Una noche que siempre recordaré.
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