Foto: CSKA. Nocioni y Scola ante Marcus Brown en Moscú
Por Rubén Gazapo Ramos
Partido definitivo en búsqueda de la Final Four, el empuje y la calidad del Baskonia nos hacía pensar que el sueño era posible. El CSKA y su entorno consciente de ellos preparó un ambiente hostil, toda una campaña de acoso y derribo al descarado equipo baskonista que fue recibido con el lema “NO PASARÁN”.
Por desgracia para nuestro equipo así fue, pero sangre, sudor y lágrimas tuvieron que sufrir los mandamases del CSKA tal como se fue desarrollando el choque.
El inicio del partido fue espectacular para los de Vitoria. Nocioni (29 puntos, 4 rebotes…37 de valoración) fue el gran estandarte azulgrana, el alero argentino mostró su nivel NBA ante los grandes talentos rusos que se vieron empequeñecidos por la garra del Chapu.
El parcial del primer cuarto (19-28) fue de lo mejor vimos a este equipo esa temporada. El conjunto se igualó, las acumulación de de faltas personales en los integrantes azulgranas comenzaron a pesar. Se llegaba al descanso con los deberes hechos (42-48).
Los locales revivieron, arropados por su público, sus animadores y algo “más”daban la vuelta al marcador (65-63 minuto 30). Diez minutos para creer que el sueño era posible, pese a todo y a todos, el Baskonia comenzó a tener que luchar contra las circunstancias pero también con los errores propios.
A falta de 44 segundos, una serie enloquecida de errores deportivos y arbitrales motivó perder toda la ventaja lograda durante el choque, esfumándose en cuestión de segundos. Marcus Brown y Papaloukas sentenciaron el partido metiendo a su equipo a la Final Four. La rivalidad entre los dos equipos marcó otro de sus episodios más destacados.
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